El centro en mención es patrocinado por un importante proveedor global de materias primas, por lo que no hay promoción directa de ninguna marca de pintura en especial.
Posteriormente relacioné estos centros con algunos programas de formación al aplicador que tienen las compañías de la zona andina, certamenes como el congreso técnico Cubrecol y las plataformas web que se han impulsado desde Brasil para facilitar algunos procesos como el cálculo del consumo de pintura en determinada aplicación, la selección del tipo de recubrimiento de acuerdo con las necesidades y el desempeño esperado, entre otras.
Todas estas iniciativas están encaminadas a la cualificación de uno de los eslabones más importantes de la cadena productiva en la industria de pinturas y recubrimientos: los aplicadores.
Ellos son los encargados de poner nuestros productos al servicio de otros, y si su trabajo no cumple con los estándares de calidad adecuados, la imagen del producto utilizado se verá afectada.
La aplicación no está en manos del formulador, pero si es mucho lo que se puede hacer, desde cada una de las compañías, para mejorar la instrucción de los aplicadores.
Pequeñas acciones que no afectan demasiado la estructura de costos, como el desarrollo de programas educativos, software o herramientas virtuales para facilitar la aplicación, ayudarán a mejorar el desempeño de nuestros producto y, de paso, fidelizarán al aplicador con nuestras marcas.
Vanesa Restrepo
Subeditora
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