Internacional. Los investigadores que informan en ACS Applied Materials & Interfaces desarrollan un recubrimiento simple y transparente que hace que las superficies, como la porcelana, sean más repelentes al agua.
Muestran cómo este tratamiento de superficie evita eficazmente que las bacterias se adhieran al interior de la taza del inodoro.
Se pueden aplicar recubrimientos al vidrio y la porcelana para garantizar que las gotas de agua se deslicen fácilmente, evitando, por ejemplo, que se formen niebla o películas bacterianas. Para añadir esta propiedad repelente al agua a las superficies, los científicos suelen diseñar estructuras microscópicas, como pequeñas púas y ganchos en las plumas de las aves, para atrapar el aire o los aceites entre la superficie y las gotas de agua.
Pero este enfoque suele requerir mucha mano de obra y puede cambiar la apariencia de la superficie. Otro enfoque consiste en injertar cadenas de polímeros resbaladizas en una superficie, y esos polímeros actúan como una mancha de petróleo permanente. Sin embargo, esta técnica puede implicar productos químicos agresivos y no es viable para su uso en artículos cotidianos. Entonces, Mustafa Serdar Onses y sus compañeros querían encontrar una manera más práctica de hacer que las superficies injertadas con polímeros repelieran el agua e impidieran el crecimiento de películas bacterianas.
El enfoque elegido implicó moler poli(dimetilsiloxano) (PDMS), un aceite de silicona, en un molino de bolas durante una hora. En el molino, pequeñas bolas de carburo de tungsteno bombardeaban el aceite a altas velocidades, rompiendo algunos de los enlaces químicos del polímero y formando nuevas moléculas. El equipo planteó la hipótesis de que el PDMS molido se injertaría rápidamente en superficies, como vidrio o porcelana, formando una capa aceitosa duradera.
Los investigadores aplicaron el aceite molido en un lado del interior de la taza de un inodoro esterilizado, dejando la otra mitad sin tratar. Luego vertieron orina humana esterilizada combinada con bacterias E. coli y S. aureus en el inodoro y posteriormente limpiaron lo que quedó en ambas mitades del inodoro. Las pruebas de cultivo de bacterias mostraron que el área tratada con PDMS inhibió el 99,99 % del crecimiento bacteriano en comparación con el área no tratada.
Experimentos adicionales demostraron que tanto las superficies de porcelana como de vidrio recubiertas con PDMS molido repelían fuertemente el agua, lo que sugiere que, en la primera prueba, la orina y las bacterias se deslizaron por la pared de la taza del inodoro tratada. Los investigadores dicen que su método de tratamiento de inodoros transparente e incoloro podría ser una forma práctica de autodesinfectar superficies compartidas para aplicaciones de salud pública.
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