Desde pequeño, Félix Echeverría sabía que algún día sería ingeniero. Hoy, es el director de uno de los grupos de investigación en corrosión más importantes de Colombia y su trabajo ha permitido establecer importantes alianzas con el sector industrial colombiano
por Vanesa Restrepo
Las ventajas de la unión de fuerzas y conocimientos entre la academia y el sector productivo siempre será beneficiosa para cualquier nación. Un claro ejemplo de ello es Colombia, donde el desarrollo en materia de explotación petrolera, crecimiento industrial y ampliación de la infraestructura ha demandado grandes esfuerzos en lo que a control y prevención de fenómenos corrosivos se refiere.
Liderando esta alianza está Félix Echeverría, quien a sus 43 años es la cabeza visible del más importante y antiguo grupo de investigación en la materia: el Grupo de Corrosión de la Universidad de Antioquia.
Aunque no acostumbra usar bata, Echeverría pasa sus días en medio de piezas de metal, pinzas y probetas, guiando a estudiantes y profesionales en el desarrollo de nuevos materiales y métodos de estudio para uno de los fenómenos que mayores perjuicios causan en el mundo.
Resolviendo problemas
“La corrosión no es un problema con el que debemos convivir, sino que lo podemos resolver con un costo más bajo”, dice Félix con la convicción de quien ha ayudado a diseñar soluciones a lo largo y ancho de un país con condiciones ambientales especiales: costas en dos océanos y una multiplicidad de climas, que van desde las nieves perpetuas hasta zonas tropicales con alta precipitación; además de una particular geografía, en la que tres cordilleras dividen las regiones y se roban el protagonismo.
Esta diversidad requiere de una mayor precisión a la hora de diseñar y ejecutar planes de control o prevención de corrosión, así como la adaptación de las normas internacionales, que en su mayoría son planteadas en regiones con climas estacionales y condiciones geológicas menos agresivas.
“Las normas internacionales están diseñadas para países con estaciones y muchas de ellas no tienen en cuenta las condiciones especiales del trópico”, explica nuestro profesional del mes, quien en uno de sus últimos proyectos se dedicó a estudiar el mapa de la corrosión ambiental en Colombia.
“Este es un estudio con la Comisión de Regulación de Energía y Gas -Creg- (organismo técnico encargado de verificar los parámetros de calidad y los topes tarifarios para los servicios de energía eléctrica, gas natural y GLP) busca desarrollar criterios propios para determinar los efectos del ambiente en la infraestructura eléctrica del país”, declara, refiriéndose a su más reciente proyecto.
Además de este trabajo, el grupo de investigación liderado por Echeverría ha participado en importantes proyectos como el análisis del estado de formación de biopelículas en el sistema principal de tuberías del acueducto de Medellín, catalogado como uno de los mejores en América Latina. En este caso, por ejemplo, se desarrollaron acciones de caracterización y evaluación del estado de las tuberías, lo que permitió diseñar las estrategias y planes de acción correspondientes.
Un alianza ganadora
indudablemente la relación academia-industria ha avanzado mucho y, en consecuencia, se ha tenido un mejoramiento en los resultados de las acciones mantenimiento, así como un sustancial ahorro de costos en los proyectos.
Para Echeverría, el principal avance en este sentido se evidencia en que “hoy nos entendemos más, Antes se hablaba de la evaluación de materiales y los empresarios solo preguntaban: ¿qué material pongo acá?. Se trataba de cambiar las partes deterioradas en un sistema y poner otras nuevas. Hoy ha cambiado, ambos (empresa y universidad) trabajamos en la búsqueda de soluciones prácticas y que permitan ahorrar costos”, explica.
Añade que el cambio en la mentalidad también se ha producido en el seno de las academias: “Las universidades hoy trabajan en el desarrollo de conocimientos con pertinencia, respecto de lo que hacen las empresas”. Sin embargo, destaca, hace falta aún una masificación en la aplicación de estos conocimientos.
De acuerdo con lo que señala Echeverría, no todas las empreas incluyen un plan de mantenimiento en control de corrosión. De hecho, en Colombia se destina cerca del 2% del PIB nacional a acciones relacionadas con la corrosión. Este gasto tiene un impacto indirecto en la economía, pues hay una afectación de la productividad por fallas en equipos e instalaciones, sin contar las afectaciones ambientales que muchas veces se generan.
Nuestro profesional del mes considera que este porcentaje puede bajarse, si se trabaja en acciones de prevención y mantenimiento, que permitan evitar accidentes y fallas en los sistemas, equipos y complejos de infraestructura.
Papá, seré ingeniero
Cuando aún jugaba en las calles de su natal Paipa, en el centro de Colombia, Félix Echeverría supo a qué quería dedicarse en su vida, y así se lo hizo saber a un padre, quien albergaba el deseo de que el pequeño, al igual que su hermano, fuera médico.
¡Voy a estudiar ingeniería!, decidió Félix muy pronto, aunque a la hora de inscribirse en la universidad se enfrentó al dilema de cuál especialidad tomaría. Luego de revisar las posibilidades y dudar un poco, se decidió por la ingeniería metalúrgica y así comenzó a escribirse la historia profesional de quien hoy lidera el grupo de investigación en corrosión más importante de Colombia.
Luego de finalizar los estudios de pregrado, en 1995 Félix emigró a Inglaterra, donde ingresó a la Universidad de Manchester para obtener el doctorado en corrosión. Posteriormente retornó a Colombia, pero esta vez llegó a la ciudad de mayor desarrollo industrial de Colombia, Medellín, y a una de las instituciones de educación superior más importantes del país: la Universidad de Antioquia.
Allí conoció al también ingeniero Carlos Arroyave, para entonces director del grupo de investigación en corrosión quien, junto con Custodio Vásquez (profesor durante el pregrado), se convirtió en el mentor y modelo a seguir en el ejercicio profesional.
Félix al igual que varios de sus colegas considera que para profesionales con formación en investigación en difícil vincularse al sector industrial colombiano: “En el sector empresarial, alguien con doctorado se considera sobre calificado”. Reconoce que hoy las empresas han mejorado un poco en ese sentido y están apoyando a los empleados para que cursen posgrados en diferentes áreas, pero el asunto es más o menos reciente.
Desde su escritorio, en el centro de investigaciones más importantes de Colombia, Echeverría asegura que Colombia ha tenido un destacado avance en materia de manejo y prevención corrosión, evidenciado, por ejemplo, en la multiplicación de grupos dedicados al tema. “En materia de investigación y legislación hemos avanzado, aunque nuestras condiciones exigen más cuidado, porque una solución pensada para un sitio debe adaptarse para poderse aplicar en otros”.
Con ua sonrisa en el rostro, en medio de varios profesionales y estudiantes, nuestro profesional del mes se declara satisfecho por su trabajo “hemos logrado hacer trabajo de bata y laboratorio, al servicio de la comunidad”, indica, aunque con un gesto demuestra que es conciente de que aún le quedan muchas cosas por hacer.
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