Por:
Víctor Hugo Isaza*, Julián A. Restrepo R.
Teniendo presente que la industria de pinturas contribuye de manera importante al problema ambiental global de los VOCs, y aunque si bien hay otros sectores que contaminan en este sentido tanto como la industria de pinturas, éste ha sido sometido a una particular atención y regulación por parte de las autoridades ambientales. Esto debido a que, gracias a su versatilidad, siempre ha encontrado soluciones a los problemas que enfrenta. La industria de pinturas hoy ha desarrollado (aunque no completamente), tecnologías alternativas que le permiten al consumidor usar productos de muy baja o cero emisión (tecnologías mencionadas anteriormente).
Aunque el desarrollo industrial de las pinturas y recubrimientos, en sus raíces, se caracterizó por pensar sólo en el desarrollo económico, hoy sabemos que el esquema ideal es lograr que las compañías pintureras logren un desarrollo económico, social y ambiental.
La industria química, aunque especulativa por naturaleza (Se habla en términos generales, ya que no se pretende calificar a todas las compañías de especulativas.), se percató de que un enfoque en donde se pretende un crecimiento económico, por sí mismo no permite un desarrollo sostenible. Esto debido a los efectos que genera en las relaciones ecológicas, que con el tiempo, se convierten en pasivos medioambientales los cuales a su vez repercuten en costos ambientales, tales como enfermedades respiratorias en los seres vivos, cambios climáticos, afectación de especies etc., por mencionar algunos casos.
Un enfoque en donde se tenga en cuenta sólo el desarrollo social y ambiental tampoco se hace económicamente sostenible, ya que la pobreza es una causa importante de deterioro ambiental y de incremento del malestar social. En palabras de Indira Gandhi: “No hay peor forma de contaminación que la pobreza”, célebre frase con la que conmocionó al mundo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972.
Desarrollo sostenible vs sustentable
El enfoque en donde las compañías propenden por el desarrollo económico, social y ambiental, en conjunto, se denominó Desarrollo Sostenible. El Desarrollo Sostenible puede ser definido como “un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”. Esta definición fue empleada por primera vez en 1987 en la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, creada en 1983.
En realidad, en un principio los estudiosos ambientales consideraron que la teoría del Desarrollo Sostenible establecía los lineamientos adecuados para obtener el mejor balance entre producción económica e impacto medioambiental. Pero en poco tiempo, estos mismos estudiosos se dieron cuenta que la teoría más apropiada a emplear era la del “Desarrollo Sustentable”, ya que aunque ésta involucra también el desarrollo económico, lo hace de una manera más planificada, en donde se plantea un mejor tipo de desarrollo económico y ambiental. Es decir, el Desarrollo Sostenible logra un balance entre rentabilidad económica e impacto ambiental, pero sólo permite favorecer a sectores limitados de la sociedad, mientras que la teoría del “Desarrollo Sustentable” permite abarcar una porción más amplia de la sociedad.
Debido a que el actual desarrollo tecnológico se cimentó sin tener en cuenta el factor ambiental, cuando la industria se enfrenta a las legislaciones ambientales, le es necesario el desarrollo de “tecnologías alternativas”, lo que no sería necesario en un marco de “Desarrollo Sustentable”.
Ciertamente, poder establecer la diferencia entre Desarrollo Sostenible y Sustentable se hace difícil, no sólo por la diversidad de teorías al respecto, sino porque en inglés, ambos términos se fusionan en la palabra Sustainable y es de mencionar que actualmente, en parte de la literatura sobre el tema, se habla indiferentemente de Desarrollo Sostenible, Sustentable, Continuable o Perdurable.
En el contexto de “Desarrollo Sustentable” también es importante mencionar el conjunto de actividades denominadas “Producción más Limpia” y “Responsabilidad Integral”.
La “Producción más Limpia” parte del principio de sostenibilidad de las actividades antrópicas requeridas para suplir necesidades básicas y suplementarias (calidad de vida), incorporando elementos como mínimas emisiones, buenas prácticas de producción y operación, manejo adecuado y aprovechamiento de los subproductos y residuos, disminución en el consumo de insumos, etc.
El concepto de “Responsabilidad Integral” es una iniciativa voluntaria del sector empresarial a nivel mundial en el cual las compañías se comprometen a trabajar conjuntamente para mejorar de manera continua el desempeño en seguridad, salud y ambiente de sus productos, procesos y servicios, a lo largo del ciclo de vida, contribuyendo así al logro del desarrollo sostenible.
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El Análisis de Ciclo de Vida
El reto de desarrollar productos bajo un esquema de Desarrollo Sustentable implica el desarrollo de productos que presenten el mismo desempeño y a su vez sean menos contaminantes o mejor aún, que no contaminen Pero es muy difícil esperar que un producto manufacturado por el hombre no sea contaminante, porque que en diferentes lugares de la “cadena”, ya sea durante la etapa de producción, comercialización, uso o disposición del empaque, el producto ejercerá un impacto negativo sobre el medioambiente, como se ha discutido anteriormente.
En la terminología moderna, este análisis de la “cadena” se denomina LCA (Life Cycle Analysis, por sus siglas en inglés), y se refiere al análisis completo que se hace de un producto, no sólo en su proceso de fabricación y uso, sino además en lo referente al tipo de materias primas que usa, comercialización del producto, disposición de los desechos, entre otros (en realidad, el tema del LCA merece una extensión más amplia que no está entre los objetivos del presente artículo). En otras palabras, el LCA permite establecer el impacto completo que ejerce un producto o proceso en el medioambiente.
Este enfoque es el que ha mostrado que, por ejemplo, los automóviles de hidrógeno no son tan poco contaminantes como se piensa, ya que si bien no emiten dióxido de carbono, el proceso de producción actual del hidrógeno no es ambientalmente muy amigable (ya que en la actualidad, la mayor parte del hidrógeno se produce a gran escala a través de la conversión de hidrocarburos, principalmente gas natural -el combustible fósil disponible que menos contamina actualmente-, a través de un proceso denominado “steam reforming”. Es decir, la tecnología del hidrógeno, aunque futurista, depende hoy de los combustibles fósiles).
El LCA también ha permitido establecer que, aunque si bien las pinturas base agua emiten una proporción mucho más baja de VOCs al ambiente, las operaciones involucradas para la producción de las resinas acuosas y lograr la estabilización de compuestos incompatibles con agua, involucran el empleo de más operaciones unitarias y compuestos (tensoactivos y estabilizantes). Esto ha llevado a pensar a algunos autores que, quizás si se analiza en rigor, el empleo de pinturas base disolvente de altos sólidos puede ser menos contaminante que el empleo de pinturas base agua.
Es aquí pues donde se tiene un importante reto, ¿acaso no hemos tenido siempre las pinturas base agua como productos ambientalmente amigables?; pues bien, sí lo son, pero sólo si se analiza una parte del ciclo de vida... ¿A qué se enfrenta pues la industria de pinturas? al hecho de que se debe tener una responsabilidad integral para ofrecerle al cliente un verdadero producto ambientalmente amigable. Este proceso incluye además las etapas de investigación, diseño y desarrollo, fabricación, control calidad, logística y uso, entre otras.
Sería paradójico, por ejemplo, pensar que el papel es un producto ecológico sólo porque es de origen natural, si en el proceso de obtención de la pulpa (materia prima), se han cortado árboles y si el proceso de producción es un importante contaminante del ambiente, ya que emplea compuestos clorados y otros (¿qué será más ecológico, una bolsa de polietileno o una bolsa de papel?). Incluso que el biodiesel es la alternativa porque proviene de productos vegetales, si en dicho proceso se deben sembrar amplias extensiones de tierra productiva y ¿acaso la combustión del biodiesel no emite también dióxido de carbono?. En este sentido, el hombre no ha hecho más que encontrar una alternativa a las fuentes de los combustibles fósiles para el diesel y se tienen hoy fuentes biológicas (por ello se denomina biodiesel), pero no se está abordando el tema de las emisiones procedentes de la combustión de dicho combustible. Cosa que sí ocurre en el caso de la “combustión” del hidrógeno (combustión que ocurre en celdas de combustible), pero como ya se ha señalado, actualmente se tiene dependencia de los combustibles fósiles para la obtención del hidrógeno.
Pinturas ecológicas
Con relación a la denominación de pinturas ecológicas: Técnicamente ningún producto manufacturado por el hombre puede considerarse verdaderamente ecológico, por el Análisis de Ciclo de Vida. Por ejemplo, si una pintura se denomina ecológica porque no emplea compuestos de plomo y cromo, ¿también podría denominarse pintura ecológica aquella que emplee, en lugar de un envase litografiado, una etiqueta de papel?.
La fabricación responsable de pinturas en el ámbito ambiental debe contemplar como mínimo los siguientes elementos durante su ciclo: Hacer uso sustentable de los recursos naturales que emplea (materias primas e insumos), utilizar materias primas que no sean nocivas para el ambiente, emplear procesos de producción que involucren menores consumos de energía o hacer uso de fuentes de energía renovables, o ambas. Considerar aspectos de reciclablilidad, reutilización o biodegradabilidad; usar materiales de empaque, preferiblemente reciclables, reutilizables o biodegradables y en cantidades mínimas; emplear tecnologías limpias o que generan un menor impacto relativo sobre el medioambiente y orientar a los consumidores acerca de la mejor forma para su disposición final.
Aunque a futuro se desarrollen metodologías de análisis ambientales más avanzadas, el LCA es hoy en día la herramienta más acertada para el análisis del impacto que un producto ejerce en el medioambiente.
Conclusiones
No existe un producto manufacturado por el hombre que pueda considerarse como verdaderamente ecológico, ya que en su proceso de producción se ejerce un impacto en el entorno, alterando el equilibrio del medioambiente. Así pues, cuando las compañías hacen esfuerzos buscando mejorar el medioambiente y reducir el impacto de sus procesos productivos en éste, propenden es por fabricar productos ambientalmente amigables y no ecológicos, ya que de ser ecológicos implicaría que estos estarían en completo equilibrio con el medioambiente. En términos estrictos, las empresas que se denominan ecológicas lo que procuran es ejercer un menor impacto sobre el medioambiente y ofrecer productos ambientalmente amigables, pero no pueden ofrecer productos verdaderamente ecológicos.
La fabricación de productos ambientalmente amigables se debe analizar a partir de un Análisis de Ciclo de Vida (LCA), en donde debe considerarse todo un conjunto de políticas ambientales que deben tener las compañías productoras de pinturas, en donde se considere un producto desde la etapa misma de desarrollo (tal como contemplar el uso de materiales menos nocivos, más biodegradables, más compatibles con el medioambiente), pasando por el proceso de producción (en donde se tienen estandarizados todos los procesos y se pretende un aprovechamiento al máximo de los materiales). Contando con el empaque del producto (se pretenden empaques de fácil disposición, seguros, fabricados con materiales más amigables con el ambiente). En realidad, las consideraciones ambientales incluyen muchas más áreas, como las de transporte, comercialización, utilización por parte del cliente, disposición de los residuos, etc.
El reto empieza desde la conciencia comercial: Sólo el desarrollo, fabricación y aceptación en el mercado de productos ambientalmente amigables puede permitir un “Desarrollo Sustentable” que se refiere a idear un modo de explotar los recursos naturales y emplear la tecnología de manera tal que podamos permitir que las generaciones futuras puedan disfrutar de tales recursos. “Desarrollo Sustentable” es tener en cuenta el factor ecológico y que el empleo de productos ambientalmente amigables tiene ventajas medioambientales, logrando que existan ventajas económicas.
Establecer que un producto sea ambientalmente amigable puede establecerse hoy en día de manera más acertada mediante un Análisis de Ciclo de Vida y no es suficiente ejercer acciones aisladas para reducir el impacto ambiental de dicho producto, ya que éstas deben analizarse en conjunto.
No debe olvidarse que el beneficio de la protección del medioambiente tiene mucha más importancia para las futuras generaciones: Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo en conseguir el desarrollo de productos fabricados bajo preceptos de compromiso con la supervivencia, productos ambientalmente amigables con el medioambiente (ambientalmente inteligentes), que propendan por la conservación y sostenibilidad de los recursos naturales. Es decir, la industria tiene ahora el importante reto de trabajar bajo esquemas de Desarrollo Sustentable y las áreas comerciales el reto de desarrollar “mercados verdes” para estos productos.
Referencias
[1] Julián A. Restrepo R. “Ecología y VOCs: Desarrollo de productos ambientalmente amigables”. Revista Inpralatina, Vol. 11, No. 4, julio/agosto de 2006, pág. 34-36.
[2] Hazel, N. J. “Using LCA to select coatings for optimum environmental and cost performance”. JCT, Vol. 68, No. 861. Oct, 1996.
[3] Hofland A. “¿Ecología a cualquier precio?: Balance ecológico de algunas pinturas en base acuosa”. Conferencia presentada en el congreso EUROCOAT 94 en Sitges, Barcelona.
*INVESA S.A., Colombia
* [email protected]
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