Argentina. El color y el arte se apoderan nuevamente del Barrio Cultural Abasto, en Buenos Aires, para compartir su poder transformador. Con la donación de 671 litros de pintura, se ha intervenido un área de 260 m2 en un espacio que recibe anualmente a una audiencia promedio de 300.000 personas.
Una vez más, Abasto Barrio Cultural se convierte en el escenario de esta colaboración, con el propósito de ofrecer a los residentes experiencias que aporten un nuevo significado a sus vidas.
“El puntapié inicial fue la idea de hacer una caja, porque siempre que entro a Konex imagino una caja donde suceden muchas cosas, en el devenir de los bocetos la caja se convirtió en valijas. Cada valija representa distintas cosas, algunas se abren, otras se cierran", apuntó Mabel Vicentef sobre su obra.
"Empiezan y terminan etapas. De fondo los pájaros representan todo lo que va y viene, siempre mis obras tienen una parte inspirada en la naturaleza. Yo intento no darle tanto significado cerrado de antemano a mis creaciones porque creo muy importante el aporte que hace el espectador al observar la obra y darle otro significado, y generando historias propias según la interpretación que cada uno quiera darle, que a veces son mucho mejores que las que pensó el artista”, agregó Vicentef.
“Desde AkzoNobel, en el marco de nuestro programa global Vení al Color, le damos vida con nuestros colores a un nuevo mural de Mabel Vicentef de la Ciudad. Y nada menos que en un espacio referente de la rica actividad cultural del país, el Konex”, destacó Fernando Domingues, director general de Pinturas Decorativas de AkzoNobel para Cono Sur.
Y destacó: “Este mural se suma a los más de 600 metros lineales en la obra de arte de piso más grande de Buenos Aires, y los 1500 m2 de murales creados por un colectivo de talentosas mujeres artistas en Abasto Barrio Cultural (programa del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires), realizada con colaboración vecinal y junto a Alba Pinturas”.
“Elegimos a Mabel porque su obra nos interpela siempre que la vemos, sus paredes están mayormente habitadas por mujeres pintadas de forma realista, con miradas y gestos genuinos, pero también nos atraviesan los mundos que crea llenos de fantasía, siempre con una fuerte presencia de la naturaleza. Tintes modernos y ancestrales pueden convivir en sus murales”, destacó Noel Yolis, gerente de Programación de Konex.
El edificio Konex, construido en la década de 1920 como una fábrica y depósito de aceites, se ha transformado en la Ciudad Cultural Konex, conservando su arquitectura original. Hoy en día, el complejo es un punto de encuentro para una amplia variedad de expresiones artísticas que enriquecen la comunidad y atraen a más de 300,000 personas cada año.
El Estudio Clorindo Testa y Asociados lideró la transformación de esta antigua aceitera en un espacio cultural único, manteniendo la esencia de su arquitectura histórica.
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