Latinoamérica. “El mercado logístico ha cambiado más los últimos dos años que los últimos 20”, sentenció Francisco Gálvez, director general de Leschaco Mexicana, al comienzo del primer webinar organizado por Latinpin el pasado viernes 24 de junio.
En su charla, dirigida en especial a los gerentes de logística de fabricantes de pinturas y tintas, Gálvez abordó la situación actual en la cadena de suministro a partir del comercio marítimo desde Asia y Europa hacia América basado en lo que dejó 2021. Ese año sucedió a su juicio la “tormenta perfecta” con el reinicio de operaciones de las diferentes navieras en medio de la pandemia, juntándose la demanda y las demoras por la falta de contenedores.
“Todos los gerentes de logística de sus empresas están pasando por una época bastante complicada, con muchos retos; sincronizar hoy la cadena logística está siendo un reto muy grande”, enfatizó.
Consecuencias a la vista
Y es que la congestión portuaria y el retraso de los buques juegan un papel importante. Tal como planteó Gálvez, el tiempo de espera promedio de ocho días significa también una demora de una semana en el circuito de servicio y provoca un aumento dramático en la escasez de contenedores debido a la baja velocidad.
“Ustedes hoy para conseguir materiales de producción están buscando en todo el mundo. Y una vez que lo encuentran, desafortunadamente no hay espacio o manera de traerlo lo más pronto posible, y eso genera demoras en las producciones”, apuntó el experto de Leschaco Mexicana, quien comentó que uno de los hechos frecuentes que retrasan las operaciones es la pérdida de documentos de embarque: el 30 % de todos los documentos de envío se pierden o se retrasan.
Este es parte del panorama presentado en el último año: congestión internacional por escasez de camiones, problemas en la aduana y tensiones comerciales por cambios arancelarios, desafíos de tráfico y envíos enrollados; es decir, carga no cargada en el buque reservado, lo que genera costos por estadías.
A ello cabe agregar la cancelación de las rutas, especialmente en América; las navieras deciden saltarse el puerto en último momento. Por su parte, en el Cono Sur las rutas se encuentran con limitado espacio disponible.
Esto trae consigo un aumento de las tarifas y con costos adicionales (según Gálvez, las tarifas del lado del Pacífico se incrementaron hasta 469 %).
En general, se espera que esta fuerte presión de espacio y asignación en los puertos de América y Europa persista a lo largo del tercer y cuatro trimestre de este año. “La mala noticia es que el 2022 no pinta para que sea mucho más amigable, aunque hay señales positivas de que las cosas ya se están mejorando”, afirmó Gálvez.
“Con la crisis del coronavirus, muchas compañías se vieron muy vulneradas en la cadena logística y es urgente que aprendamos, que tengamos resiliencia en las cadenas de logística”, aseveró Francisco. Por ello hizo un llamado a mejorar la comunicación para tomar las mejores decisiones.
“Programar cargas con el mayor tiempo posible, involucrar a los compradores es algo que tenemos que desarrollar más porque al final del día es lo que nos va a dar visibilidad para traer su carga de la mejor forma”, concluyó.
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