Aún no desaparecen los solventes

Por Vanesa Restrepo

En tiempos en los que el concepto de verde y ecológico domina el mercado, y gran parte de los consumidores han basado sus decisiones de compra en una etiqueta que contenga las palabras green, environmental o sustainable, aún la industria de pinturas y recubrimientos formula productos con solventes y contenidos de VOC superiores a los recomendados por las normas internacionales.

Las razones son múltiples: desde la falta de regulación en los países latinos respecto a los gramos de solvente permitidos por cada litro de pintura, desconocimiento de las bondades de los sistemas base agua y de altos sólidos, falta de investigación y desarrollos propios entre los productores, entre otros.

La presencia de solventes en las pinturas que se comercializan crea un problema ambiental serio. No sólo porque dichos solventes contienen compuestos orgánicos volátiles que destruyen la capa de ozono, sino también porque a la hora de usarlos algunos aplicadores mezclan las pinturas con más solventes, con el fin de disminuir su viscosidad o aumentar el rendimiento. Como resultado de ello se tiene un aumento en los porcentajes de VOC que van a parar a la atmósfera, además de la contaminación de las aguas por solventes que se genera cuando se lavan las brochas, rodillos, pistolas y otros elementos de aplicación cerca de las alcantarillas, o cuando se vierten en ellas los residuos de pintura y disolvente que ya no se utilizarán más en la obra.

¿Y dónde se usan?
El segmento arquitectónico, que presenta mayor informalidad entre los aplicadores, es el que menor participación de solventes tiene dentro del total de productos disponibles en el mercado. Según la exposición de Hugo de Notta en el European Coating Show, para 2006 el el 83,2% del mercado global del pinturas arquitectónicas estaba formulado en base agua, y para 2011 se calcula que la cifra podría superar el 85,7%, gracias a la expansión de las regulaciones y la creación de legislación en cada país.

No obstante, en el sector industrial, marítimo y aeroespacial el crecimiento de los nuevos sistemas (agua y altos sólidos) ha sido gradual y más lento, debido a que se requieren desempeños superiores en ciertos aspectos como la resistencia a los ataques químicos o ambientales, la durabilidad, adherencia y capacidad anticorrosiva.

Julián Restrepo, coordinador de Innovación en la compañía colombiana Invesa, señala que en las líneas de madera e industrial aún se utilizan sistemas de base solvente, pues hay muchos técnicos que creen que los nuevos sistemas podrían ser más costosos. “Hace falta una concienciación, falta vender un poco más las ventajas de los base agua, no sólo en lo ambiental sino también en lo económico (...) En maderas, por ejemplo, la gente desconoce aún los nuevos sistemas y se asusta al mencionarse que son base agua, entonces piensan: 'Esto es madera. Si yo le aplico agua, entonces ¿qué pasa?'. Es ahí donde debemos mostrar las ventajas para que sea más atractivo cambiarse”.

El uso intensivo de solventes también se siente en Perú, donde el asunto pasa por calidad y costos. De acuerdo con Jaime Baldeón, Coordinador Desarrollo de Nuevos Productos de CPPQ S.A, empresa formuladora de pinturas en ese país andino, la falta de regulación se evidencia en el tipo de productos que se comercializan. “Muchos fabricantes aún están usando solventes por encima de las regulaciones. Fábricas chicas elaboran productos con alto contenido de solventes y como no hay ninguna exigencia gubernamental, los clientes los compran por ser baratos, y el fabricante los vende porque necesita vender”, explica.

Dentro de los solventes que aún se utilizan en las plantas se destacan los aromáticos como el benceno y xileno, pues según los fabricantes son más fáciles de trabajar con algunas resinas. De igual forma, se acude a alcoholes y ésteres para poliuretanos, así como algunas cetonas que se emplean en los epóxicos y poliuretanos.

Restrepo es tajante en afirmar que los solventes de tipo aromático son grandes contaminantes, por lo que su uso debería descontinuarse. Señala que sustancias como el varsol y el xileno también son comunes dado su bajo costo, y recomendó que los toluenos y bencenos fueran eliminados rápidamente.

No obstante, en las líneas de recubrimientos para maderas y la línea industrial aún se comercializan productos que contienen este tipo de sustancias, en ocasiones en niveles superiores a los 250 gramos por litro, que es lo recomendado por las normas internacionales.

A paso lento

El reemplazo del resto de solventes que aún están en el mercado de pinturas y recubrimientos está sujeto a la regulación emitida por los gobiernos latinoamericanos, en especial en lo que respecta a pinturas marinas, pues todavía hay un impacto real en los ecosistemas por cuenta de algunos compuestos que siguen utilizando aún cuando ya se conocen sus efectos perjudiciales.

La idea es replicar el éxito obtenido en el segmento de pinturas arquitectónicas, en el que los solventes desaparecieron casi completamente, a partir del momento en el que se hizo público el daño en la salud de los niños producido por elementos y compuestos como el plomo. Luego de que los usuarios finales se concienciaran de las afectaciones a las que estaban expuestas comenzaron a exigir productos menos dañinos pero con igual desempeño, lo que empujó el desarrollo de nuevas pinturas que atendieran estos requerimientos.

Adicionalmente, se requiere alguna inversión entre los contratistas y aplicadores, pues aunque no es estrictamente necesario reemplazar las pistolas, cabinas y bombas de aplicación; si es necesario que se capacite al personal en el uso y manipulación de las nuevas pinturas, bien sea en base agua, polvo o altos sólidos. Ello porque las mezclas son diferentes, así como los tiempos de secado, viscosidad, entre otros elementos.

Principales tipos de disolventes

Con el fin de ilustrar a los lectores, hemos reseñado información respecto a los tipos de solventes más comunes en la industria de pinturas. En su orden, son:

* Agua. Es el disolvente más común que existe y se utiliza para pinturas, en especial, plásticas y algunos tipos de epoxi y esmaltes acrílicos, etc. Cada vez está más presente en el mercado, dada la mayor conciencia ecológica existente y las normativas que limitan el uso de VOC.

* Aguarrás. Se refiere a un líquido volátil e incoloro que se obtiene destilando de la resina de los pinos. Su composición varía según la especie vegetal de la que se extraiga. Se usa como materia prima y disolvente de todo tipo de pinturas al aceite, esmaltes, entre otros.

* Disolvente nitro o nitrocelulósico. Es una mezcla de hidrocarburos, esteres, cetonas y alcoholes obtenidos por síntesis o destilación, adecuada para la disolución de todos los tipos de productos nitrocelulósicos (pinturas, barnices, etc). También se utiliza como diluyente de algunas pinturas sintéticas cuando se aplican con pistola y se desea una evaporación muy rápida del disolvente.

* Disolvente de poliuretano. Es una mezcla de hidrocarburos, esteres y cetonas obtenidos por síntesis o destilación, adecuada para la disolución de productos a base de poliuretano. Sirve también para nitrocelulósicos y sintéticos, pero conviene probar antes la compatibilidad.

* Disolventes especiales. Se usan en determinados tipos de pinturas de menos uso, como por ejemplo los disolventes para pinturas de caucho clorado o los disolventes para epoxi. También existen disolventes para aplicaciones especiales, por ejemplo en los pretratamientos químicos, para eliminar grasa y aceite de superficies metálicas.