Dürr instaló el primer robot de pintura en Nissan en Barcelona en 1998. En comparación con la maquinaria de pintura disponible en esos días, la nueva tecnología representa un salto cuántico - tanto en términos de calidad de pintura, así como la velocidad, el consumo de pintura y la fiabilidad del proceso.
La demanda por el robot Dürr creció en respuesta al constante desarrollo tecnológico de la automatización de pinturas para vehículos. Dürr vendió la mitad de sus últimas 10.000 unidades desde 2011; además de la carcasa exterior, los robots de Dürr se están utilizando hoy en día cada vez más para pintar el interior de los automóviles.
Dürr informó que también utiliza robots para realizar otras etapas de producción de la industria del automóvil más eficientes, como el sellado de juntas de soldadura, el pegado de hojas de vehículos y cristales o la limpieza de los componentes. La empresa se ha embarcado más recientemente en nuevos enfoques con un sistema de colaboración entre humanos y robots que acelera la instalación de tanques de combustible durante el montaje final del vehículo.
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