Debido al clima tropical de Cuba, las concetraciones de iones de cloruro (salitre común) y de otros agentes corrosivos suelen estar por encima de los valores permitidos por las normas internacionales, lo que incide directamente en el daño de los materiales de las infraesructuras, que se agudiza por la humedad relativa y la temperatura. Todo esto se ve reflejado en el desgaste de las estructuras metálicas y de hormigón armado en instalaciones deportivas, industriales, recreativas, entre otros.
Abel Castañeda, jefe del Grupo de Protección de Materiales de CENIC, explicó que los compuestos se elevan más de noviembre a marzo, sobre todo en el litoral de la costa norte. Asimismo dijo que es importante conocer el nivel de la corrosión en las diferentes zonas para seleccionar los materiales a emplear con el fin de garantizar mayor durabilidad y tiempo de vida útil.
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