Este es un interesante tema que trata sobre la forma en que una tecnología dominante sede ante la llegada de un nuevo avance que permite mejorar las operaciones. Veamos cómo se aplica en nuestra industria.
por José Tomás Rojas*
Por disrupción tecnológica nos referimos a un avance que rompe con los esquemas tradicionales en la manera de hacer las cosas, llámense a estas formular, producir, distribuir o mercadear un producto. Una disrupción tecnológica fija un nuevo conjunto de reglas, establece una tendencia, marca una forma novedosa de hacer negocios, y en general, desplaza, a veces en su totalidad, a las tecnologías que le precedieron.
Como ejemplo de este concepto, me gusta citar el desplazamiento del envase de tres piezas, por el envase de dos piezas, en la industria de bebidas, ya que constituye el ejemplo perfecto en lo que se refiere a una disrupción tecnológica, que incluyó no solo la sustitución del envase, sino también modificaciones radicales en la ingeniería de producto, procesos productivos, esquemas de comercialización, y, desde luego, importantes cambios en la tecnología de pinturas, los cuales pude presenciar de primera mano, ya que participé en mi país como Formulador en el desarrollo de las tecnologías de pintura aplicables para estos procesos.
Envases de tres piezas
De manera básica, un envase de tres piezas se fabrica con hojalata. Se compone de tapa, cuerpo y fondo, elementos que se fabrican a partir de una bobina de hojalata, que previamente debe ser sometida a varios tratamientos de superficie y procesos de pinturas, por etapas, con recubrimientos horneables del tipo epoxi fenólicos para el interior, y poliéster o acrílico para el exterior, incluyendo la litografía. Los procesos en general son continuos, es decir, la bobina se desenrolla, limpia, pinta una cara, hornea, pinta la otra cara, hornea y rebobina, en un solo proceso. Ver Fig. 1.
Todas las aplicaciones se hacen con rodillos, en un proceso que suele ser bastante engorroso, sobre todo por la cantidad de etapas y de controles que hay que establecer para mantener los espesores de película en la lámina (suelen ser muy bajos).
El espacio requerido en la planta para el montaje de estas líneas en grande, y además se requieren muy buenos controles para los vapores de solvente que emanan de las líneas. Mantener estas líneas en operación optima es prácticamente un arte, y dependen mucho de los criterios y experticia de los operadores encargados de mantenerlas en funcionamiento. Hay que resaltar que este proceso de aplicación sigue usándose ampliamente en la industria del envase, electrodomésticos, techos metálicos, entre otros.
Fig. 1. Aplicación a rodillos. desbobinado, tratamiento de superficie, secado, primer, curado, acabado, curado, rebobinado, corte.
Una vez que la bobina está pintada, se corta en láminas, y se lleva a un proceso de corte y troquelado. Posteriormente el cuerpo y el fondo se ensamblan a través de soldadura, y este conjunto, acompañado por las tapas, se envía al cliente, que envasará en ellas los productos correspondientes.
Envases de dos piezas
El envase de dos piezas se fabrica en aluminio, a partir de una única pieza de este metal. Mediante un proceso de embutición se fabrican en una sola etapa el fondo y el cuerpo, sin necesidad de soldaduras (Fig 2). Luego de lavado, el conjunto ya está listo para la fase de pintura, que es base agua, también horneable. El ahorro en espacio y tiempo de procesos contra la tecnología de dos piezas, es evidente.
Fig. 2. Manufactura de envase de aluminio de dos piezas.
La aplicación del revestimiento se hace a pistola automática (Fig. 3), con diseños especiales, y es algo sorprendente observar la velocidad a la cual funcionan estos equipos. Es tan rápido el proceso que es difícil seguirlo con la vista. La pintura que se desarrolló para este fin, en particular el recubrimiento interior, consistía en un sistema del tipo epóxico reducible en agua, con una Reología muy precisa, para permitir la aplicación, a alta velocidad, de una película homogénea, de bajo espesor, transparente, de alta resistencia química, dura, pero a la vez flexible.
Que el producto fuera reducible en agua, le concedía además muchas ventajas desde el punto de vista de los controles ambientales y calidad de los espacios de trabajo. La productividad de estas líneas es asombrosa, y además la estética de las nuevas latas fue muy bien recibida por el mercado. El envase resultó muy funcional además, gracias a la incorporación de un anillo “abre fácil” que permitía acceder al contenido del envase sin mayor esfuerzo.
Fig 3. Aplicación de pintura en envase de dos piezas.
Fui testigo de la implementación de la tecnología de envases de dos piezas, como formulador del revestimiento interno y externo, y además, porque en esa época colabore como traductor de los manuales para las máquinas troqueladoras, y de esa experiencia lo que más me asombró fue observar como esta nueva tecnología prácticamente acabó con la industria del envase de tres piezas para bebidas, afectando también a todo el conjunto de industrias que atendían a estas empresas, entre ellas las empresas de pinturas, que tuvieron que enfrentar una reducción muy drástica en sus ventas de pinturas industriales.
Algunas empresas pudieron reconvertirse a la nueva tecnología de pinturas para envases de dos piezas, como fue el caso de la empresa donde trabajaba, gracias a un acuerdo con una empresa norteamericana que ya había logrado el desarrollo. Desde luego este acuerdo implicó un desembolso muy importante en pago de regalías, capacitación del personal técnico, adquisición de equipos de proceso y compra de nuevas materias primas.
No obstante, la inversión fue un éxito, y los productos que se desarrollaron funcionaron muy bien en las nuevas líneas de pintura. Otras empresas del ramo, sin embargo, limitadas para adaptarse al nuevo esquema, vieron sus ventas venirse al mínimo, y otras, incluso, desaparecieron.
La disrupción tecnológica no es algo que ocurra con frecuencia. Particularmente en el campo de las pinturas los avances se dan de manera incremental, acumulativa, lo que en cierta forma de tiempo debe irse adaptando a los cambios, sin mayores traumatismos. No obstante hay que estar muy al pendiente de los avances, porque no sabemos si la próxima disrupción tecnológica que altere nuestra forma de hacer las cosas ya asoma a la vuelta de la esquina.
* José Tomás Rojas. JTROJAS Pinturas, F.P. Pueden enviarle sus comentarios al correo electrónico [email protected]
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