Como punto de referencia se tomó el caso de Brasil, encabezado por la Asociación Brasileña de Fabricantes de Pintura, Abrafati, que se encargó del diseño y la ejecución de un programa de entrenamiento y certificación para los aplicadores de pinturas. Como resultado de este ejercicio, se creó un registro nacional de pintores, en el que los contratistas del sector construcción pueden ubicar personas capacitadas en la aplicación de recubrimientos arquitectónicos y acabados en un área geográfica específica.
Gracias a este programa se ha logrado controlar la calidad de los trabajos, pues cuando se presentan incumplimientos o mal uso de un producto específico, el contratante genera un reporte negativo que conlleva a la suspensión de la licencia y la eliminación del registro del contratista aplicador en la base de datos nacional.
A esto se suman otras actividades como campañas para la formulación de pinturas más amigables con el medio ambiente, el reciclaje de empaques y manejo de residuos tóxicos, así como la publicación mensual de las estadísticas de producción que permiten a los fabricantes de recubrimientos de ese país analizar las situaciones coyunturales y buscar soluciones que eviten grandes pérdidas.
Para llegar a este equilibrio y lograr un trabajo en equipo es necesario la asociación y la representación sectorial. Ambos elementos son bastante escasos en América Latina, con contadas excepciones, tales como Argentina y México.
Aunque el asunto ya ha sido debatido desde este espacio editorial, no quiero dejar pasar la oportunidad de invitar nuevamente a todos los formuladores a que se unan en espacios comunes y que busquen representación para sus intereses frente a los gobiernos locales.
Aliarse permitirá acceder más fácilmente a un esquema de regulación para el sector, conseguir alivios en la carga impositiva y una mejor definición como cadena productiva en la que también intervienen los comercializadores y aplicadores. Esto es de vital importancia en países como Chile, Colombia, Ecuador y Perú, en donde están creciendo las inversiones sectores con consumo intensivo de pintura, tales como la construcción civil, infraestructura, y desarrollo industrial y minero.
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