La salida más fácil para superar el problema, que afecta la competitividad de toda la cadena, es la de trasladar el 100% de los incrementos en los insumos químicos a los formuladores. Sin embargo, no todos los mercados resisten esta medida pues es claro que si el formulador hace lo mismo, muy posiblemente el cliente final no le compre su producto.
Una de las opciones que aplican los productores de resinas es la de trasladar gradualmente los mayores costos. La otra, es la de asumir parte de esos mayores valores a costa de sus márgenes de utilidad para no perder clientes. Según Bernardo Naranjo de la empresa colombiana productora de resinas, Colorquímica, la solución para esta problemática tendría dos alternativas. La primera es buscar nuevos proveedores de insumos químicos, que gracias a la globalización, pueden hallarse en cualquier país del mundo. Lo segundo, es desarrollar nuevos productos con más valor agregado para los formuladores que a la larga incidan positivamente en la calidad y desempeño de sus recubrimientos.
Desde el punto de vista de la formulación, son otras las alternativas: migración a otros nichos que consuman recubrimientos con mayor valor agregado, mayores formulaciones base agua, incremento en la cantidad de sólidos o sustitución de materias primas.
La opción para este problema estructural de la industria no es de corto plazo. Aquí hay que tener visión de futuro frente a las necesidades del mercado. En otras palabras, proveedor de insumos químicos y formulador deben trabajar en equipo para buscar economías de escala e identificar cómo satisfacer mejor las necesidades de sus clientes. Esto debido a que el esquema de competir sólo con precios bajos, se viene al piso con cada incremento en los precios del petróleo pues quienes compiten así, sólo encuentran en la reducción de la calidad de sus formulaciones la salida para sus problemas de rentabilidad.
La solución no está en una pastilla que calme el dolor hoy, pero que no cure mañana una enfermedad que puede acabar con la salud de su empresa.
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