Palabras claves: Desarrollo sustentable, disolventes, contaminación ambiental, análisis de Ciclo de Vida, ecología.
El presente documento pretende plantear una discusión y reflexión acerca de los retos futuros que enfrenta la industria de pinturas para el desarrollo de pinturas y recubrimientos que ejerzan cada vez un menor impacto en el medioambiente, proyectando un enfoque de Desarrollo Sustentable, en lugar de un enfoque de lucro y crecimiento económico únicamente.
Se trata de lograr el mejor balance entre costo-beneficio, aunque hoy sabemos que ambos no sólo se refieren, a precio y desempeño, sino a que las nuevas orientaciones tienen presente que un buen desempeño de una pintura se obtiene además cuando ésta ejerce el menor impacto en el medioambiente, proveyendo así un bajo costo de impacto ambiental.
Se establece la diferencia entre productos ambientalmente amigables y los denominados ecológicos, y se presenta el LCA (Análisis de Ciclo de Vida, por su traducción al español), como una herramienta moderna y más acertada para el análisis del impacto que ocasiona un producto en el medioambiente.
Parte de la discusión planteada se traza en torno a los compuestos orgánicos volátiles (VOCs por sus siglas en inglés), por considerarse el tipo de sustancias que emplea la industria de pinturas que más daño ambiental han ocasionado, por su importante papel en la contaminación atmosférica. Por ello, han surgido, cada vez, legislaciones más fuertes que regulan el empleo de este tipo de compuestos en la industria de pinturas.
Aunque indiferentemente se habla de impacto ambiental para hacer referencia a un impacto negativo que se ejerce sobre el medioambiente, es decir, que ocasiona deterioro, disminución o destrucción de éste, también se puede hablar de impacto ambiental positivo, al que ocasiona una mejora en el medioambiente. En este trabajo cuando se hable sólo de impacto ambiental se hace referencia a un impacto ambiental negativo.
El problema ambiental de los VOCs: discusión
A partir de los años 70, se ha venido prestando una mayor atención a los problemas ambientales que ocasiona la industria de pinturas, principalmente, originados por el empleo de compuestos orgánicos volátiles (VOCs) ó disolventes orgánicos volátiles.
Con base en el conocimiento actual que se tiene acerca del impacto que los VOCs ocasionan en la troposfera (lugar de la atmósfera en donde se desarrolla la vida en la tierra), se ha establecido que los VOCs juegan un importante papel en el calentamiento global (“efecto invernadero”), el debilitamiento de la capa de ozono, el “smog” fotoquímico y la lluvia ácida. Debido a ello, se han generado legislaciones tendientes a reducir el uso de este tipo de compuestos, lo que ha obligado a las compañías de pinturas a orientar sus investigaciones al desarrollo de recubrimientos con bajo contenido en disolventes. Esto ha hecho que, en los últimos años, se aprecie el creciente desarrollo que han tenido “las nuevas tecnologías de recubrimientos” entre las que se cuentan las pinturas en polvo, las pinturas base agua, pinturas de curado U.V., de altos sólidos, entre otras.
Si analizamos con detenimiento nos percataremos del irreparable daño que ha ocasionado el desarrollo de la industria petroquímica, pero sería injusto afirmar que los hidrocarburos u otras sustancias en sí mismas representen u ocasionen un riesgo para el ambiente. Es más bien la acción no planificada e incontrolada del desarrollo humano la que ha ocasionado que la explotación y uso de dichos compuestos orgánicos haya contribuido de manera tan significativa al problema ambiental actual.
A decir verdad, es claro que no se ha prestado la debida atención a los problemas ambientales, debido al hecho que el medioambiente (y esto es una importante lección de la ciencia de la ecología), es tolerante a ciertos niveles de estrés o sustancias contaminantes. Esto es posible porque la mayoría de los materiales que consideramos como contaminantes en altas concentraciones, tienen bajos niveles en la naturaleza, como es el caso de algunos extractos (aceites y resinas naturales) [1].
La existencia de umbrales de tolerancia de los ecosistemas para varios contaminantes hace el argumento de costo-beneficio muy importante: ¿Cuál de los tres criterios deberá tener mayor peso: Ecología, costo o desempeño?. Una compañía que tome un excesivo control de polución, será menos rentable y tendrá riesgos de perder algunos segmentos del mercado (particularmente mercados globales); ¿dónde está entonces el beneficio del respeto al medioambiente, y si sus clientes lo aceptarán por encima de un competidor menos limpio? [2].
Evidentemente, no se desearía sacrificar demasiado la calidad de los productos en beneficio del medioambiente, ya que una pintura que presente un desempeño demasiado deficiente solamente conduciría a un aumento de los esquemas de mantenimiento [3], lo que representa un impacto ambiental debido al mayor consumo de recursos.
¿Bajos VOCs: Pinturas ecológicas? [1]
Al emplear tecnologías alternativas, con el fin de reducir el contenido de VOCs, muchas empresas del sector de recubrimientos han empleado como herramienta publicitaria este argumento y algunas de ellas han llamado a estos productos “pinturas ecológicas”.
El término ecología fue creado por Haeckel en 1880 y se refiere a la relación de equilibrio entre el medioambiente natural y los seres vivos que lo habitan. Siendo aún más rigurosos, también existe la denominada ecología humana que es la ciencia que estudia las relaciones mutuas del hombre con el medioambiente. En las últimas décadas ha tenido un extraordinario desarrollo, a partir de la conciencia que progresivamente han ido tomando diversos sectores, en casi todos los países, con relación al deterioro y destrucción del medioambiente por obra de la aplicación incontrolada del progreso tecnológico. En este sentido, los problemas de la polución atmosférica y de las aguas, de los efectos de la química en los vegetales, de la destrucción sistemática del paisaje natural en beneficio de la expansión del automóvil, etc., constituyen otros tantos elementos de una perspectiva de ecología humana que cobra cada vez mayor fuerza.
Es pues curioso encontrar empresas que se autodesignen como ecológicas, porque tienen procesos o productos bajo el rótulo de ecológicos por el hecho de ejercer acciones tendientes a reducir el impacto de éstos sobre el medioambiente. Lo importante, realmente, no es el hecho de prestar atención al tipo de denominación que se da a los productos, ya que en muchos casos por pretender lograr un mayor mercadeo de sus productos, algunas empresas terminan ocasionado un “mayor daño” al medioambiente.
Aunque es de resaltar que en diferentes partes del mundo, especialmente en las naciones europeas, las normatividades locales han ideado “sellos ecológicos” o “sellos verdes”, los cuales resaltan que un determinado producto permite de manera apreciable reducir el impacto ambiental, comparado con otros productos de su tipo, menos amigables con el medioambiente.
Encuentre la segunda parte de este artículo en nuestra próxima edición de INPRA LATINA
*INVESA S.A., Colombia. [email protected]
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